Los inicios de Guillermo Díaz Salamanca en la radio fueron como narrador deportivo en varias emisoras en Cali. En esa etapa recorrió varias ciudades del país, acompañando al Deportivo Cali y al América, los dos clubes futbolísticos de la capital del Valle. Durante diez años, compartió con reconocidos locutores como Ricardo Alarcón, Óscar Rentería Jiménez y Jairo Aristizábal Ossa.
El tema de imitar a famosos era para las reuniones sociales y entre los amigos. Hasta que el periodista Yamid Amat lo escuchó en una cabina de Radio Capital, en un momento en el que estaba fuera del aire.
Lo invitó a participar en el resumen de noticias ese mismo día. Fue el comienzo de su carrera como humorista en la radio. A los primeros políticos que imitó fueron los expresidentes Belisario Betancourt y Misael Pastrana. En la actualidad, sus imitaciones pueden llegar al centenar de personajes.
Por: Cultura 29 de mayo 2018 , 12:00 a.m.
Los inicios de Guillermo Díaz Salamanca en la radio fueron como narrador deportivo en varias emisoras en Cali. En esa etapa recorrió varias ciudades del país, acompañando al Deportivo Cali y al América, los dos clubes futbolísticos de la capital del Valle. Durante diez años, compartió con reconocidos locutores como Ricardo Alarcón, Óscar Rentería Jiménez y Jairo Aristizábal Ossa.
El tema de imitar a famosos era para las reuniones sociales y entre los amigos. Hasta que el periodista Yamid Amat lo escuchó en una cabina de Radio Capital, en un momento en el que estaba fuera del aire.
Lo invitó a participar en el resumen de noticias ese mismo día. Fue el comienzo de su carrera como humorista en la radio. A los primeros políticos que imitó fueron los expresidentes Belisario Betancourt y Misael Pastrana. En la actualidad, sus imitaciones pueden llegar al centenar de personajes.
Díaz Salamanca recuerda que el don de la imitación surgió sin proponérselo. “Cuando las amigas iban a visitar a mi mamá, yo les ponía cuidado a sus gestos, a sus ademanes y, por supuesto, al tono de su voz. Los gestos son importantes porque, por ejemplo, para imitar a Ernesto Samper, tengo que torcer la boca, y para convertirme en Andrés Pastrana, debo contraer los labios”, cuenta el humorista.
Se consagró en ‘La Luciérnaga’, programa de Caracol Radio que empezó a emitirse en 1992, durante el apagón (la famosa hora Gaviria), como un espacio de humor político y crítica social.
También coqueteó con la televisión: tuvo participaciones en ‘Sábados felices, dirigió durante algunos meses ‘Locos videos’, y realizó el segmento Días de ataque en el noticiero ‘Caracol 7.30’, en el que desarrollaba la actualidad recurriendo a diálogos mordaces y críticos con imágenes simpáticas y obviamente animadas con su voz.
“Por este último, obtuve el premio CPB a la mejor caricatura electrónica”, dijo en una entrevista con EL TIEMPO.
En el 2006, creo ‘El cocuyo’, en RCN radio, su casa radial en donde ahora dirige ‘El tren de la tarde’. Está casado y tiene cuatro hijos.
